Una vida con la música

SANTIAGO BERTIZAñadir vídeo
El día 11 de Marzo, se llevó a cabo en el Honorable Senado de la Nación, un importante acto organizado por la Dirección de Cultura de este cuerpo legislativo conjuntamente con las Academias del Folklore de la República Argentina y la de Cuyo.


En el mismo se entregó la Mención de Honor Senador Domingo Faustino Sarmiento, la máxima distinción que otorga el cuerpo, al destacado músico, compositor, guitarrista y luthier mendocino: Santiago Bertiz, quien, además, fue declarado Académico de Honor por la Academia del Folklore de Cuyo.
En sus más de noventa años, Don Santiago ha desarrollado una dilatada y exitosa trayectoria, actuando junto a la mayoría de los referentes de la música nacional, que lo convierten en una leyenda viviente de la música popular argentina.
Para los que no conocen a Santiago Bertiz, reproducimos parte de una extensa entrevista realizada años atrás. El relato, que mantiene plena vigencia, está hecho con la sencillez que lo caracteriza y pinta cabalmente una época en que la música cuyana empezó a trascender fuera de las fronteras del país. 

¿Cuándo nace su pasión por la música, Don Santiago?
Bueno, nace de muy niño; mi madre y mi padre tocaban la guitarra, y desde muy niño empecé con la guitarra como una diversión. Cuando en 1940 llegó la LV6, “Radio Splendid” a Mendoza, formamos con Martín Ochoa con el Dúo Bertiz-Ochoa. Estuvimos un par de años hasta que inauguró “Radio Aconcagua”. Allí fuimos, muy pibes, yo 20 años, Ochoa 18 años; como músicos estables de la emisora ha formar el conjunto “Aconcagua”. Éramos cuatro guitarras y nos pagaban por mes para acompañar a todos los cantores que venían de Buenos Aires y a los de acá. En esa época llegó Antonio Tormo y luego se fue a San Juan con “La Tropilla de Huachi Pampa”. De Radio Aconcagua lo llamaron para hacer unas audiciones como solista. Allí agrandamos el grupo integrando a Tito Francia y formamos un quinteto de guitarras. Tito tenía 18 años. Fuimos Martín Ochoa, Pedro Gullo, Honorato, Francia y yo. Se hizo una gran audición con Tormo como número exclusivo. Fue un éxito bárbaro, venía gente de todos lados a escucharlo. En esa época, con Francia, con Ochoa, empecé a agarrar más vuelo en la guitarra, eomencé a estudiar música y nos hicimos profesionales.

¿Cómo era la formación del conjunto? ¿Usted qué guitarra tocaba?
Era primera guitarra, Tito segunda y Ochoa la octava. Todos tocábamos bien… Tito era el que tocaba más moderno; agregaba acordes raros, disonantes, y allí empezó a levantar el conjunto… porque nosotros éramos bien cuyanitos… en las introducciones Tono y Dominante y por ahí poníamos algún otro acorde… Cuando entró Tito Francia se consolidó el Cuarteto Aconcagua, con el cual tocamos muchos años hasta que nos fuimos a Buenos Aires con Tormo. 

¿Y cómo fue la idea Tormo y Uds. a Buenos Aires?
Lo que sucedió es que Tormo era un éxito. El auditorio de la “Radio Aconcagua” -hoy Nacional-, se llenaba todos los días y había gente esperándólo afuera antes de la audición. Al poco tiempo recibió un telegrama de la RCA Víctor de Buenos Aires, para que fuera a grabar una prueba. Tormo nos dijo: “Muchachos, grabemos y si nos va bien nos vamos”. Y fuimos los cuatro guitarristas que teníamos el repertorio armado. Grabamos, para los viejos discos de pasta de 78 rpm, dos temas: “Los ejes de mi carreta” y el vals “Amémonos”, y nos vinimos. A los 15 días el disco sonaba por todo el país en las vitrolas viejas, se acuerda?, se le ponía a moneda. Ahí nomas recibió otro telegrama del sello contratándolo por un año, pero se tenía que ir, para grabar uno o dos discos, de 78 rpm, por semana porque aún no existía el Long Play. Tormo nos ofrece irnos a vivir a Buenos Aires y nos fuimos tres: Francia, Ochoa y yo porque nos doblaba el sueldo de la radio. En 1946 ya vivíamos en Buenos Aires. 

¿Cuánto tiempo estuvieron en Buenos Aires?
Yo casi 10 años con Tormo, porque Tito se volvió por el servicio militar. Compramos casa. Actuábamos en las famosas audiciones de Jabón Federal de Radio Belgrano. Al otro año pasamos a Radio El Mundo. Tormo estaba en primer plano.  

¿Y qué música tocaban en esa época?
Tormo hacía folklore: tonadas, cuecas, canciones, todo cuyano. En esa época Tormo levantó mucho el folklore y vendía cualquier cantidad de discos.
Don Santiago, en Cuyo ¿qué otros músicos y cantores había? 
Yo en esa época acompañaba a Hilario Cuadros, que venía de Buenos Aires con Senra, Herrera y nos buscaba a Ochoa y a mí para acompañarlo en todas las giras. Estuve mucho tiempo con Hilario. Muy buen amigo y compañero; le gustaba tanto lo cuyano, que después de cada actuación siempre se armaban lindas guitarreadas. Y así hacíamos todas las giras. Venía en noviembre y hacíamos Mendoza, San Juan, San Luis, Mercedes. Uh!, en Villa Mercedes cómo lo querían!… llegábamos a los clubes y había gente esperándolo en la calle y a veces no nos podíamos bajar. Con él hacíamos solamente Cuyo pero con Tormo todo el país, Uruguay, Paraguay, Chile… salíamos mucho.


Además de Hilario y Tormo, ¿qué otras andanzas musicales recuerda?
Me acuerdo del año 1962, cuando nos echaron a todos de la Radio y decidimos con Tito Francia formar un dúo, con el que actuamos mucho dentro del país. Grabamos el disco “Fiesta para Cuerdas”. Gustó tanto el disco que recibimos cuatro telegramas de Japón para que fuéramos; pero no pudimos. El dúo era tipo clásico y también hacíamos tangos modernos, de Piazzolla. Allí grabamos Moto Perpetuo, de Paganini, muy difícil, Chopin, para lo cual Tito debió agregar más trastes a la guitarra, para poder tocar un do sostenido. Yo tocaba el guitarrón, porque la música de Chopin era sagrada, y había que tocarla en el tono original y tuve que tocar el guitarrón para hacer los bajos. Ensayábamos 8 horas pero después me cansé un poco porque había poco trabajo y tenía que mantener a mi familia, a mis hijos. 

Y de la música cuyana ¿qué es lo que más le gusta?
Me gusta toda la música cuyana, porque la he vivido. Desde Hilario, Tormo, tantos músicos con los que he tocado. Con Palorma teníamos una audición llamada “De pata en quincha”, que duró un año. Yo tocaba requinto cuyano; Caballero hacía segunda guitarra, Palorma el guitarrón y cantaba. Qué lindo sonaba. ¡Qué músico, Palorma!, hacía todos los arreglos. Después vino el dúo con Tito Francia y luego me retiré. 

Pero empezó también su etapa como constructor de instrumentos.
En realidad empecé con la construcción de guitarras. También hice muchos requintos, especialmente el cuyano, de doce cuerdas octavadas. El requinto no se conocía en Buenos Aires y el que lo impuso fue Narváez, del dúo Arbóz-Narváez. Cuando vino a Mendoza todo el mundo lo empezó a tocar. El requinto cuyano lo tocaba Hilario con las cuerdas dobles en unísono, pero Narváez las octavó; y fue otra cosa, otro sonido; parece que tocaban dos guitarras. 

¿Y cómo era el grupo característico de las guitarras cuyanas?
El estilo cuyano era como Hilario, 1º guitarra, 2º guitarra, octava y guitarrón. Después Tito Francia empezó a trabajar a tres voces, cuatro voces, más moderno. Palorma hacía 1º y 2º guitarra, y no le gustaba agregar más cosas, bien cuyanito. Con Palorma yo tocaba requinto octavado y parecían dos voces. La segunda que hacía David Caballero quedaba muy bien y el guitarrón de Palorma que marcaba los acordes con los bajos. Tocaba lindo y acompañaba muy bien.  

Y en otros lugares de Mendoza, o en San Luis y en San Juan, ¿cómo era el asunto?
En San Rafael también había buenos guitarristas, pero en San Luis, especialmente en Mercedes, la cosa es distinta. Ahí se vive lo cuyano de otra manera. Hay una tradición más viva desde hace muchos años; desde Alfonsito y Zavala. Los chicos y chicas cantan cuecas y tonadas. En Mercedes aparecen dos jovencitos tocando un gato de Alfonso y Zavala, que lo dejan muerto a uno!. Hay una pasión por la guitarra, y eso sí, bien cuyanito. En Mendoza hay muchas guitarras buenas pero no tanto al estilo de Cuyo. Pero hay iniciativas por lo cuyano así que, si me voy, me voy tranquilo.


Entrevista: Leopoldo “Polo” Martí