PARQUE SAN MARTIN
Con más de 400 héctareas forestadas; senderos, calles y avenidas que entretejen una red de casi 20 km., el Parque San Martín es uno de los espacios verdes más importante de la Argentina. La diversidad de especies vegetales que lo conforman, más de trescientas provenientes de todos los continentes, sumado a las obras que, año tras año, se fueron realizando para componer los espacios, hacen de este parque centenario el deleite de quienes lo visitan, además de haberse convertido, tal lo planificado desde sus comienzos, en un importante pulmón vegetal para la ciudad de Mendoza.


La estética que su creador, el reconocido paisajista francés Arq. Carlos Thays, dotó al que originalmente denominaron, allá por el año 1.896, Parque del Oeste; permanece inalterable generando una mágica combinación entre los detalles propios de la jardinería europea del siglo XIX, de importantes piezas escultóricas, macizos florales, extensos prados y lugares de abundante bosque natural con las actuales prestación de servicios que incluye lugares de comida, camping, juegos, espectáculos, deportes, sanitarios y opciones de visitas guiadas en modernos medios de transporte, para que el visitante pueda recorrer y conocer integramente.

Si bién existen muchos accesos, los Portones de la Av. Emilio Civit, nombre del gobernante que ordenó su adquisición, podríamos considerarlo como el principal. La exquisita artesanía escocesa en el trabajo del hierro forjado de fines del 1.800, se refleja en estos magníficos portones y verjas de más de quince metros de ancho y diez de altura en su punto más alto. Al fondo, la frondosa vegetación y las primeras estribaciones cordilleranas proporcionan un marco admirable al portón central que está coronado con un gran cóndor con las alas desplegadas y el escudo de la Provincia de Mendoza.

En 1.906 se habilitó el Lago de más de un kilómetro de extensión. A su vera ubicaron un lugar donde distintas variedades de rosales constituyen su principal atractivo. El Rosedal, como se lo conoce desde su inauguración en 1.919, posee, además, una gran pérgola, fuentes y esculturas. Es un verdadero placer recorrerlo o permanecer en sus bancos observando el paisaje, los botes que surcan silenciosos el espejo de agua; disfrutando del canto de las distintas especies de aves que anidan en los alrededores.

El Parque ofrece alternativas diferentes. La cúspide del Cerro de la Gloria alberga un grupo escultórico monumental, conmemorando la epopeya del Ejército de los Andes, tan caro para los cuyanos. En la ladera este se encuentra el Jardín Zoológico, que cobija cientos de animales, donde la mayoría conviven separados por barreras naturales. Se lo considera uno de los más importantes del país, tanto por su extensión como por el particular diseño, donde abundan espaciosos ámbitos excavados en la montaña, abiertos y desprovistos de jaulas y barrotes.
El Parque Aborígen es una muestra de la flora autóctona regional, que nos devuelve a la conformación primigenia.
El Anfiteatro Frank Romero Day, es un fantástico lugar enclavado en los cerros, donde, anualmente, se desarrolla el acto central de la Fiesta Nacional de la Vendimia.
Se puede visitar el Estadio Malvinas Argentinas, construido para el mundial de fútbol de 1.978, utilizado para eventos deportivos, grandes espectáculos; el Velódromo Provincial "Ernesto Contreras", junto al Estadio, y el Museo de Ciecias Naturales, emplazado en un curioso edificio sito en el vértice sur del lago, donde en 1960, funcionó el complejo veraniego Playas Serranas.

Estos lugares son los que se destacan por su magnificencia; pero cada rincón, cada monumento, cada prado, tiene su historia particular. El Parque General San Martín es motivo de orgullo de todos los mendocinos. Las palabras del Arq. Armando Serio, sintetizan el sentimiento de los habitan un lugar que, inicialmente, fue un desierto:

Es deber del "ser mendocino" plantar y regar un árbol, para confirmar nuestra idiosincracia y cumplir con la tradición de nuestros antepasados.


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